viernes, 23 de septiembre de 2016

Buenos días



Despierta melocotoncito, ya es de día ¿Qué te pasa mi dulce niña? Abandona la voz siniestra. Dile que se calle ya. Acoge a la voz diestra, muy educada, que te grita desde la trastienda sin parar  << ¡Despierta!>> ¿Por qué te cuesta tanto de asimilar? ¿Por qué no levantarte y dejar de dormir ya? << ¡Que llegas tarde!>> Escucha atentamente el despertador, mi tierna nena. Después de tanto todo y tantas horas camuflada en tu pequeño sueño, es hora de despertar. Esta mañana ya puedes, mi dulce princesita, sonreír sin más. Es la hora pequeña, disponte a abrir los ojitos y desadormecer ¡Pero disponte ya! No puedo, desde este infierno, verte llorar.

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