miércoles, 1 de marzo de 2017

TRAGICOMEDIA DE CALISTA Y MELIBEA




TRAGICOMEDIA DE CALISTA Y MELIBEA: AMOR

                               CORTÉS CON MIS ACOTACIONES IMPLÍCITAS RIDÍCULAS

Argumento del octavo auto:
La tarde viene. Calista recorre el pasillo más largo del castillo. Halló a Melibea, como desmayada, en un sillón. Hállanse después platicando.

CALISTA, MELIBEA

CALISTA: ¿Pero qué hacéis en este sillón color canela sentada, señora mía, con los ojos ensangrentados y la mirada perdida en la nada? ¿Que no os encontráis bien? Tenéis de repente el pelo gris y las manos caídas a la suerte de la gravedad, atrapadas. Yo sé que son tiempos difíciles, pero mi vida depende de su alegría, puesto que vos sois la mía.

¿Qué hacen, mi señora, sus largos cabellos en el suelo, junto al cuchillo de rubíes rojos y negros, esparcidos alrededor de su gentil figura? ¿Que no le gustaba su peinado divino y Melibeo? ¿Qué le ocurre, amada mía? Salga de este cuarto del sillón y la ventana. Deme la mano, deje que sea su guía. Sólo soy su doncella, pero vos sois los días y cada milímetro de mis pupilas, pues "Melibea soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a vos, Melibea, amo"

MELIBEA: Ahora que me giro, sin parpadear si quiera. Te miro con mis ojos ensangrentados e hinchados y mi pelo cortado a cuchillo de filo desvirgado, y me pregunto ¿Pero qué hace tu arrugada y jorobada figura engarrotada de tanta podredumbre, entre las sombras sin advertir la llegada? ¿Qué hace tu aliento nocivo susurrándome al oído sin previo aviso que me vaya? ¿Acaso no ves, mujer del demonio, que sé que me has envenenado la sopa desde que tu piel era primavera?
Solamente estaba durmiendo, estúpida doncella. Vete con tu pérfido cuerpo a irrumpir a tus aposentos y déjame disfrutar mi momento de siesta.

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