domingo, 26 de febrero de 2017

TRAILER DE "UNA CHIQUILLA REPELENTEMENTE DRAMÁTICA"




UNA CHIQUILLA "REPELENTEMENTE" DRAMÁTICA, Y UN POCO DESEQUILIBRADA (POR AQUELLO DEL PASILLO, YA VERÉIS) SUFRIENDO POR EL ATROPELLO DE SU MUÑECA EN UN PARQUE A MANOS DE PEGUI ROIG, LA NIÑA PECOSA PELIRROJA DEL DEMONIO DE LOS VIERNES POR LA TARDE EN EL PARQUE.
 

Hoy me quedaría todo el día y la eternidad entera en mi cuarto con su maltrato. Me comería cada fonema, de cada morfema parte de un vocablo por no tener que hablar. Hoy no querría ver más sol del que entra por las rendijas de mi persiana. El techo hoy será una losa en mis ojos quietos ¡Que sólo te ven a ti brutalmente atropellada por la niña de las pecas del diablo subida a su motocicleta a batería!


¡Ya no quiero salir nunca! Ni pasar por ningún parque para no tener que oír tu risa magnífica, ni pasar por la tienda de juguetes, donde hoy eres cada muñeca de cada estante.
Ayer me volví tan incoherente que me puse de cuclillas a defecar en medio del pasillo. Y ahí está todavía. Pienso quedarme estirada y atrapada por este, mi colchón. Atrapada en esta paradoja tan dulce de pensarte y morir también en este delirio pueril por haberte perdido, estimada y preciada muñeca.

TESTIMONIOS DE LA NIÑA A LA QUE PEGI ROIG LE ATROPELLÓ SU MUÑECA, PERO 40 AÑOS DESPUÉS. NO LE HA GUSTADO LO DE SER ADULTA.
Querría volver a ser una niña. A volver a comprimirme y dejar de tener tanta galaxia en la mente. Volver, volver a ser niña sin tanta consulta a las diez ni tanta lágrima corrosiva. Sin tanto látigo que escuece, sin tanto tan poco tiempo, sin tener que guardar los efectos sonoros, sin tanto baño, sin tanta espera tanto lloro tanto tengo y el reloj en la frente con las terribles ganas de arrancarlo. 

Volver, volver a ser niña sin tanto duele y tanto muera, sin tanto exceso de aceite de girasol refrito en las sienes. Sin tantas vueltas por la calle. Volver, volver a tu madre como eterna salvavidas sin tantas fechas, sin tantas fechorías porque ¿Quién va a fechorear a una niña? sin tantas voces, sin tantas toses de tanta gente ajena que antes contabas en menos de doce.

Volver, volver a la simpleza sorpresiva, a la mirada limpia, oídos sordos y ojos sin vista.

A la carne prieta y rolliza, a no recordar más de unos cuantos años, a vivir el presente, sin existir los conceptos de futuro o pasado. Volver a ser niña. A que debajo de la manta existiera el triángulo de las Bermudas realmente. Sin tanta información, sin tantos tornados tristes que arrasan todo a su paso, a no atar más cabos, a no entender, a no mentir, a no pensar en existir.



A que todo sea un gran escaparate constante y no saber si te llevas el producto en mal estado porque es perfecto. Volver a no me está grande, me está gordo, cojo, manco, curvado, perpendicular o pequeño. Sin tanto monstruo naciendo del suelo.

Sin tanto zombi muerto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario