Despierta
melocotoncito, ya es de día ¿Qué te pasa mi dulce niña? Abandona la voz
siniestra. Dile que se calle ya. Acoge a la voz diestra, muy educada, que te
grita desde la trastienda sin parar
<< ¡Despierta!>> ¿Por qué te cuesta tanto de asimilar? ¿Por
qué no levantarte y dejar de dormir ya? << ¡Que llegas tarde!>>
Escucha atentamente el despertador, mi tierna nena. Después de tanto
todo y tantas horas camuflada en tu pequeño sueño, es hora de despertar.
Esta mañana ya puedes, mi dulce princesita, sonreír sin más. Es la hora
pequeña, disponte a abrir los ojitos y desadormecer ¡Pero disponte ya! No
puedo, desde este infierno, verte llorar.
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