Bienvenidos
compadres y comadres, no se ofendan, al circo de abrir y cerrar la
puerta en tris tras. Al circo de no pensar el verbo uno detrás de otro.
El vocablo perfecto. Bienvenidos a la jauría de mi pecho. Bienvenidos a
dejar fluir el lápiz al papel. Bienvenida la avispa. ¿Y a mí qué coño
más me dará, que vivas en la penumbra de tu sanidad mental?,¿Tengo cara
de banco?
Tengo cara de déjame en paz.
Me
sabe mal, pero ahí está el imán invertido de los toca que te toca con su
pegamento viscoso que atrapa y maniata. Nunca sé salir con el aire
airosa del compromiso social. Muérete tan lento , que me de tiempo a
deleitarme en el diamante en bruto, de la ventana por cerrar. Se trata
de perder el sentido. A ver qué pasa si dejamos de pensar un minuto, y .nos disponemos a vomitar.
Bienvenidas
las heces mequetreces de lo que toca y no toca hablar, Bienvenido el
oasis, que actúa como un cáncer que se aisla cada vez más. Bienvenido el
hormigueo latente en cada fibra de ira, bienvenido el malestar.
Aprende a latir, aprende a jugar, aprende a olvidar, aprende la vuelta a empezar.
Será
el pesar o el enjambre de tu boca, lo que no me deja pasar. Un trocito
roto e inexperto, no para de temblar. ¿Por qué el silencio? Está bien.
¿Lo está? Sueñá que te sueña el cielo convertido en tu cuerpo a punto de
no decir nada, como siempre. Bienvenido al malestar. Bienvenidos los
cuerpos brillantes. Bienvenidos al sexo resbaladizo, angosto y solitario
de Agosto. ¡Pero qué asco me da!
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