DE CUANDO EL JUGLAR DEL “HIDALGO NARCISO” CAE EN UNA BRECHA
TEMPORAL Y APARECE EN LA ACTUALIDAD Y VIVE LA HISTORIA DE MARY Y BRIAN Y DE SU “CASO
Doppel...YAGUER, DOPPLE...GANGUER,
DOPPEL...MONGUER, DOP,DOP, DOPPELgänger” Y DE LO QUE LES PASA CUANDO INTENTAN
ARREGLARLO.
Éranse una vez, en un
lugar cercano,
un hombre y una
mujer,
sufriendo ser
copiados.
No hablo de ser
influencia para otros,
hablo de que tenían
dos calcos.
Mary Lars veía sus
ropas, su voz y sus vocablos,
triunfando en su
propio barrio
en cuerpo y boca de
otra señora, de más esponjosos labios;
y Brian Defet,
original de los pies
a la cabeza como su mujer,
veía a un tipo
copiando,
hasta su manera de estornudar en los
costipados.
Brian y Mary estaban
descolocados,
todo lo que fueron
una vez,
influenciados por
unos, por otros, los clásicos,
y siendo ellos no sus
copias, sino sus resultados;
dos milenial de los
malos, se lo estaban robando.
Tan raro era y se fue
tornando,
que los dobles incluso
iban también a sus trabajos.
Abrazaron a sus jefes
y a sus mejores amigos
y entre loas y
regalos,
también se los fueron
quitando.
Brian y Mary estaban destinados
a ser olvidados,
pero como no querían
dar crédito, siguieron luchando
por seguir siendo lo
que eran,
durante tantos años;
sin embargo,
llegó el día más
siniestro de sus años,
en el que en su cena
familiar de navidad,
no estaban invitados.
Aun así, allí que se
presentaron,
con sus ropas
navideñas,
cajas envueltas
y turrones y
polvorones del año pasado.
Y allí encontraron a
sus tocayos;
brindando con su
familia,
besando a sus abuelas
y abrazando a sus
hermanos.
Todo el comedor se
giró cuando entraron,
y con una fosa nasal
en alto,
miraron a Mary y a
Brian con asco.
Y entre un silencio
frío y de secano,
alguien tosió, para
que se fueran pirando.
Quedaron destrozados:
-¡No puede ser!-
dijo Mary llevándose
a la cara las manos.
Miraron sus redes
sociales
y las fotos de
perfil, portada y hasta las frases de los posts,
eran un vil plagio.
Y cuando intentaron
escribir un post, para hacer algo
facebook, instagram y
todas las demás, les habían bloqueado;
ya no existían en
ningún lado.
Encolerizados, fueron
a la policía,
como alma que lleva
al diablo.
Llegaron, esperaron
y contaron a los
gendarmes lo que estaba pasando.
-Disculpadnos unos
instantes,
estimados ciudadanos,
volvemos en un rato.
Se retiraron a su
despacho
y Mary veía cómo
hablaban y mientras veían documentos y fotos
les miraban de vez en
cuando anonadados.
Salió del despacho
Don Manolo y Doña Amparo
y con gesto de
repugnancia,
les cogieron de los
brazos,
les leyeron sus
derechos y les esposaron
por usurpación de
identidad
y por plagio.
Y colorín colorado,
este cuento se ha acabado.
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