sábado, 6 de octubre de 2018

DE CUANDO QUEVEDO VIAJA EN EL TIEMPO ETECÉ

DE CUANDO EMPRENDIÓ QUEVEDO POR EL OCÉANO UNA TRAVESÍA Y UNOS INSÓLITOS CABALLEROS CON BLASÓN DE DUQUES DE DARMA, CONTRA ELLOS ARREMETIERON Y SE ILUMINÓ EL CIELO Y APARECIÓ QUEVEDO EN NUESTRO TIEMPO Y YA DE PASO, HIZO UN CONCIENZUDO EXPERIMENTO SOBRE EL SEXO.

¡Bien sabe Dios!
que mi entendimiento,
alcanzaba a asimilar, 
tres tipos delimitados de sexo:
El, bien por mí, porque no lo tengo, 
recatado cortesano por constitución y por el sagrado corazón
realizado en concepto.

El dulce mundano
(que de ese tengo un rato)
sujeto a los corceles primarios;
cabalgan dejando tierra atrás
curando lo ocurrido por preciosos metales en pequeños sacos.

¡Oh vivedios! 
que viva el revolcón mundano
y cágome yo, 
en quien diga lo contrario.

Y por último el de amores, 
que por pactos convenientes,
son pocas las ocasiones 
pero que cuando explota
pierdes el valioso sentido de honor y honra, 
donde olvidas la casta, la plata, el oro, las chanzas e incluso la panza;
por juntar aliento con aliento convertidos en mucha monta 
y corazón como órgano viviente
y no como como una tecla más que te componga. 
Ese que perdí... 
Doña Esperanza mía de Mendoza
que abandonéte, por pura congoja
y me aferré a mi defensa de vivir amargado.


Así pues, en este siglo raro
encontré por primera parte
que todos seguimos apestando 
y por segunda, que la concepción del sexo, 
no ha cambiado.

Que sigue la marca de agua del pecado, 
instaurado en demasiados cortesanos
(y los que no lo son tanto) 
que frotan sus cuerpos por mandato
incluso sólo un par de veces al año.

Sin embargo,
encontré también el mismo amor guarro
en falacias escudado
guardando las pasiones "perversas" 
como secreto de estado.

Nunca tuve esperanza en el ser humano, 
pero tras comprobar que cinco siglos, 
pasaron en vano;
pues encontré los mismos perros
con distinto grillete atado
y la Santa Inquisición en rumores de malgrado, 
dejé de creer por completo en el futuro
que con ahínco me estuvo siempre molestando.


¡DESPERTAD FUTURISTAS CASTRADOS!
porque el sexo, 
amamantar a tu hijo en público
o amar a tu sinónimo; 
no es malo.

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